Hna. Ana Luisa
Segoviano. Religiosa Trinitaria de
Valence en Perú.
“SAL DE TU TIERRA “
Estas palabras de Dios a
Abraham “Sal de tu tierra…” en mi también resonaron hace ya más de 50 años y
como Abraham me fui de mi tierra un poco a la aventura ( en los 60 era una
verdadera aventura ) con un sueño de otras gentes, otras tierras, primero a
Francia para la formación, el idioma para poder compartir en la Misión AD GENTES.
Después de 5 años en periodo
de formación, de nuevo: ¡“Sal de tu tierra”¡ y entonces fue esa tierra, esas
gentes que sentía era el origen de mi vocación, salí para África Ecuatorial, el Gabón primero 17 años y
Camerún después donde instalé mi tienda compartiendo ilusiones y alegrías (alguna
pena también) pero dominando la alegría de anunciar el evangelio. Una alegría
que se nos regala, como dice el Papa Francisco en LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO
Casi 20 años después, con un
paréntesis de un año en Colombia, regreso a mi pueblo de Alcázar donde la misión
y la alegría continuaron pues fueron
años de conocer y trabajar como misionera con los GAM, campamentos misioneros,
encuentros etc. colaborando con la Delegación de Misiones de Ciudad Real
El señor no se cansa de
llamar… ¡Sal de tu tierra¡ de nuevo hacia tierra Africana esta vez Camerún ¡qué bonita misión¡ Sobre todo cuando
se empieza de casi cero y ves crecer el grano y dar fruto. Creí era tiempo de
levantar mi tienda, ya casi 50 años
después de esa primera llamada y salida de mi tierra manchega. Pero de nuevo se
oyó el SAL DE TU TIERRA y a pesar de los años salí de nuevo esta vez al Nuevo
Continente, al Perú una nueva experiencia diferente y extraordinaria, la tarea
de la EVANGELIZACIÓN.
Aquí en Perú es la nueva
Evangelización, un compartir nuestra fe. Son una misma Iglesia con realidades diferentes, pero se
siente siempre ese Cristo que vive en las comunidades cristianas.
¿Qué deciros paisanos manchegos? Que ojala y
oigáis ese SAL DE TU TIERRA que el Dios de Abraham sigue pronunciando y con esa
alegría que nos procura la fe. Y como dice una vez más el Papa Francisco
“SALGAN a buscar… perdemos 99 ovejas y solo se nos ocurre abrir la puerta de la
iglesia a ver si vuelven!” Que cojáis el
cayado, calcéis las sandalias o más bien las zapatillas y la mochila y
¡vénganse pa ca¡ que merece la pena.